Un Año de Vida

Sabia que caia por aquí. En una fecha aproximada entre el 1 de Julio y el 1 de Agosto. Y sin querer, por casualidad, me he descubierto igual que hace un año. ¿Igual?

Más bien de la misma forma. Un año de blog. Y no solo eso, un año de mi vida. Mirando hacia atrás me doy cuenta que si bien he cambiado y mis circunstancias han cambiado, todo sigue siendo igual. ¿Por que? porqué todo gira en torno a lo mismo. Porque el tiempo pasa y apenas nos damos cuenta. Nos dormimos en Septiembre y nos levantamos en Marzo, con la primavera.

Hace un año estaba también plantada delante del ordenador esperando a que viniera alguien. Alguien a quien poder ayudar. Igual que hoy. Sin embargo, mis espectativas frente a los días no superaban el no quedarme en mi casa más de lo justo y salir, salir, salir, salir. Mis espectativas hoy son algo más simples pero igual de cargadas de importancia: dar(te) un beso, ordenar mi cuarto, ir al gimnasio, ahorrar, estudiar... objetivos alcanzables a medio-largo plazo.

Y el tiempo pasa. Y aunque ahora también quiero salir mis prioridades no son las mismas. Ahora mi prioridad está lejos de mi y casi todo a mi alrededor está relacionado con eso.

Que cosas... hace un año, no pensaba que pudiera volver a enamorarme. Ni a sentir cosas nuevas y antiguas renovadas. Me daba casi pereza el complejo y poco útil sentimiento de la dependencia.
Pero no se puede cerrar uno (y unas) en un No rotundo poco lógico y además inutil.

Becas, Jornadas de Recepción, elecciones a rector y campañas electorales, amigos, ... Alex. Esa personita que llegó de no sé donde y se convirtió en el centro de mi mundo. "Rota", lo llaman algunos. "Enamorada", otros. Quizá sea la segunda edad del pavo en la que estoy que me nubla la racionalización de los sentimientos(de imposibles está el mundo lleno). Corro el peligro de pasarme con la ñoñería y lo voy a dejar aqui. Pero ha(s) sido el "Plin!" que necesitaba mi mundo.

Y bueno... en el apartado de amigos podríamos decir que... conforme uno vive su vida, conoce gente, hace amigos, pierde amigos, se da cuenta de que lo que inicialmente parecía irrompible luego se ve desde la lejanía con un poco de pena y otro poco de cargo de conciencia. Todo eso que tenía con algunas personas se ha ido disolviendo con el tiempo (y una caña) hasta desaparecer. Claro está para dejar paso a nuevas y memorables experiencias junto a personas inicialmente desconocidas y a las que nos une algo. Y eso, señores, es lo que se denomina Madurar. Aceptar los cambios (parece mentira que la abajo firmante esté diciendo esto).

Puede ser que por mi parte sea un poco pretencioso decir que he madurado cuando en mi cuarto cada vez hay más posters de Pooh, ahora también uno de Enjuto, y en mi cama más peluches. Pero la sensación que tengo es que con el paso del tiempo lo que me rodea me ha hecho cambiar. y posiblemente a ese cambio se le pueda llamar "Madurar". Que vaya palabra.

Ya solo me falta viajar para ser una persona completa.

pd: gracias por leeros la parrafada. habia que conmemorar el primer aniversario de este saco de pensamientos inconexos y a veces insursos. un beso!!