" Pongamos por ejemplo, que tenemos una burbuja: grande, espaciosa, llena de oxígeno. Esta burbuja nos acoge en un momento de nuestras vidas en el que nos sentimos desprotegidos. En ese preciso momento en el que nos sentimos solos y abandonados, nos envuelve creando un micro clima a nuestro gusto.
Y poco a poco, ganamos confianza.
Y que ocurre? Que a diferencia de nosotros, la burbuja no crece. La burbuja estaba predeterminada a un tamaño y a unas condiciones y ya no daba más de si mientras que nosotros crecemos y crecemos. Mejoramos, maduramos, aprendemos. Y así llega un momento... en el que las paredes que un día se nos antojaron perfectas dejan de ser perfectas. Dejan de protegernos para crearnos un cierto sentimiento de agobio. De pronto no entendemos anda. Que pasa? Que ha cambiado? Porque noto que necesito salir de aquí? Como he llegado a estar encerrada aquí dentro tanto tiempo sin darme cuenta?
Y el oxigeno termina por consumirse, por viciarse. De tanto respirarlo, nos asfixia. Llega un momento en el que nuestra cabeza, antes desprotegida ahora madura y cabal, da de golpe con las paredes de la burbuja. El cristal frío y duro hace que no entendamos nada. Que poco a poco queramos salir de allí. Que en este lugar cerrado y aislado del resto del mundo no encontremos consuelo, ni alivio, ni felicidad. Ni comprensión. Es como si... fuéramos almas en pena. Vamos deambulando de un lado a otro sin saber por ni para qué. Hacemos y cumplimos con nuestra vida diaria como autómatas. No pensamos en las cosas ni racionalizamos, solo las hacemos porque es lo que llevo haciendo ya un tiempo, y está bien hecho. Pero... algo en nuestro interior nos dice que debemos escapar. Salir de allí. Nos enseña como es el mundo exterior, cual es la vida que nos está esperando en el exterior, limpio y sin límites de cristal.
Que hacer? La burbuja es preciosa y hemos contribuido a su creación. Como salir sin que se rompa?
No se puede. La burbuja ha de romperse. Es necesario dar un golpe seco y contundente que haga los menos trozos posibles y nos deje seguir creciendo en el exterior. Pero no... la burbuja quedará rota para siempre. Puede ser que no encuentre otra burbuja igual, puede ser incluso que al romper la burbuja me haga daño yo misma. Y tras mucho pensar... Me decido. Doy un golpe. Planeado en mi cabeza parecía algo completamente diferente a como sucede en la realidad... pero lo hago. Y veo el mundo exterior.
Y completamente desprotegida, pero ávida de experiencia, salgo corriendo para no mirar atrás. Y así... poco a poco... comprendo como ninguna burbuja es perfecta. Como nada ni nadie, al fin y al cabo, somos perfectos. Solamente somos constructos sociales influidos por las estructuras sin más futuro que el de desarrollar el rol que se nos ha asignado socialmente y que para nada elegimos. Solamente tendremos la libertad... que nos dejen tener. Pero... las ideas si serán nuestras. Y las decisiones del corazón, podemos seguir tomándolas nosotros mismos sin saber nunca al 100% si está bien o mal. Pero es nuestra decisión, nuestra elección...
La burbuja perfecta... es aquella que creamos nosotros mismos para permanecer allí durante un tiempo finito y determinado, solo hasta que volvamos a necesitar... un cambio de burbuja. Y nunca se repetirá, para bien o para mal. "
P.D: burbujas... solo las que nosotros queramos... Feliz 2008 !!
